Seguridad vial para niños: las mejores pautas
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Cómo garantizar la seguridad vial de los niños

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Cómo garantizar la seguridad vial de los niños

La seguridad vial de los más pequeños es algo de lo que todo padre se preocupa y toda madre recuerda a diario. Recientes informaciones en medios nacionales recogían los errores más comunes que los progenitores comenten en materia de seguridad con sus hijos, entre los que está colocar mal la sillita del coche o que los cinturones vayan flojos.

Para que los niños viajen seguros, la educación juega un papel fundamental no sólo con lo que se les dice, sino también con lo que los propios adultos hacen cada día, ya que los pequeños aprenden muchas cosas por el método de la imitación. Así pues, lo primero que los padres deben hacer es ser los primeros en cumplir las normas de circulación con gestos como esperar a que el semáforo se ponga en verde para cruzar la calzada o ponerse el cinturón de seguridad antes de que el vehículo se ponga a circular.

Hasta los doce años, los menores deben viajar en las correspondientes sillas homologadas, que se pondrán en función de la edad y la altura del niño. Por ejemplo, entre dos y cuatro años las sillitas deben colocarse en el sentido contrario a la marcha, lo cual ayuda a reducir las lesiones graves hasta un 95%, según un informe de la Fundación Mapfre.

Una vez que empiezan a andar solos hay que enseñarles a ser buenos peatones. Mirar a derecha e izquierda antes de cruzar la calzada y hacerlo por el paso de cebra son algunas cosas que deben aprender desde el principio. Cuando pasan de los diez años se pueden incorporar otros trucos como fijarse en la velocidad y distancia de los vehículos cuando se acercan al paso de peatones o llevar la mochila colgada de los dos hombros, ya que de uno solo pueden desequilibrarse, especialmente si llevan mucho peso.

Si los menores acuden al colegio en autobús hay que dejar claras las normas antes de salir de casa. Deben ponerse siempre el cinturón, no molestar al conductor ni provocar jaleo con el resto de compañeros durante el trayecto. Si los padres tienen posibilidad de viajar con el niño o niña en autobús antes de que éste estrene el medio de transporte para ir al colegio, la experiencia puede convertirse en un buen ensayo para enseñarle cómo comportarse en este vehículo. Una visita a un pueblo cercano o en autobús urbano son dos recursos que todo el mundo tiene a mano para llevar a la práctica la teoría que se explica en casa.

Conocer las señales de tráfico más básicas como el stop, el ceda el paso, el prohibido girar o la dirección obligatoria también debe formar parte de la cultura de la seguridad vial de los más pequeños. Presentar el aprendizaje a modo de juego adivinando lo que significa cada una de las señales cuando se circula en el coche puede ser una buena manera de inculcar el respeto por las mismas y la importancia de conocer su significado.

A medida que van creciendo es habitual que los niños, además de peatones en la calle y pasajeros en coches y autobuses, se conviertan también en ciclistas. Enseñarles a andar en bicicleta es también instruirles en que las ruedas deben estar bien hinchadas, los frenos tienen que funcionar correctamente, la cadena estar bien engrasada, llevar una correcta iluminación para que otros vehículos te vean y utilizar el casco. Todos estos cuidados de la bicicleta sirven para inculcar la necesidad de mantenimiento de los vehículos para que éstos nos lleven de manera segura de un sitio a otro, tal y como el día de mañana deberán hacer pasando la ITV de sus coches.

La educación vial es una parte importante de la responsabilidad de los adultos para garantizar la seguridad de los niños en el vehículo. A ella hay que añadir que el medio en el que viajan esté en perfecto estado. Para ello, tener pasada la revisión de la Inspección Técnica de Vehículos es uno de los imperativos legales que sirve para dar luz verde al coche, furgoneta o autobús en el que se lleva a los pequeños.

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